Amanece el día cálido,
libre de abrigos.
No quiero muros,
detienen el viento;
hoy descubriré lugares
nuevos.
Sobre la hierba
mi imaginación despierta:
¿adónde va ese avión
lejano?,
¿cómo verán el mundo esas
aves?
Historias en las nubes
de formas cambiantes.
Las ondas del agua,
las hojas de los árboles,
¡quién pudiera pintar
un paraje anhelado
con tales colores!
El cielo se oscurece,
y mientras la ciudad
duerme,
¡oh, estrellas efímeras,
huidizas, fulgentes,
iluminad esta alma,
haced que vuele!
Mónica Prádanos