Malas noticias
—Amelia, tu marido acaba de fallecer.
—¡Oh, Dios, no! Con lo tranquila que estaba yo aquí sin él.
Pieza de zoológico
Estaba
harto de que le sobaran el lomo. Ni sus gruñidos ni sus zarpazos parecían dar
resultado. Hasta que, un día, empezó a escupir fuego.
Mónica Prádanos